En varias ocasiones nos planteamos dejarlo todo y recorrer mundo en plan mochileros pero había una cosa que me preocupaba, en los viajes largos que habíamos hecho la primera semana genial pero a partir de ahí me entraba una especie de nostalgia por estar en mi casa ¿Sabes a qué me refiero?
La vez que nos planteamos dejarlo todo e incluso se lo comentamos a la familia nos quedamos embarazados de Sofía. No me veía preparada para irnos, eso de ser primeriza, llevar la casa en una mochila y a un bebé me aterraba! Así que decidimos posponerlo pero los días pasaron y al poco llegó Diana y nos dimos cuenta que el tiempo no paraba para nadie, que nos habíamos metido en un bucle casa-trabajo-casa y ni habíamos viajado ni vivido al ritmo que necesitábamos.
En 2018 fuimos al salón de Caravaning que se celebra en Barcelona para ver las famosas Tinyhome y entonces fue cuando nos surgió el deseo de irnos con la casa a cuestas ¿Por qué no una autocaravana? Las propuestas que ofrecía la feria eran muchísimas pero nada que se ajustase ni a nuestras necesidades ni mucho menos a nuestro limitado presupuesto.
Ya al final de nuestra visita casi cuando nos íbamos con la frustración de que no encontraríamos nada hablé con él! No tengo ni idea de quien es ni tan siquiera sé su nombre pero surgió la conversación sobre que hacíamos allí y que estábamos buscando y me dio la clave. ¿Y si lo hacéis vosotros? Me regaló un ejemplar de la revista Furgosfera y me dijo que le pegaremos un ojo. Me pasé semanas navegando por internet y buscando proyectos que pudiesen encajar con nosotros y no éramos los únicos, en USA había gente que había hecho verdaderas maravillas dentro de autobuses e incluso en Europa hay una concentración anual de autobuses vivienda.
Ya sabíamos lo que queríamos, ahora nos tocaba buscar nuestro bus ideal.